------

lunes, 24 de abril de 2017

"Miedo a México"

PARA LA GENTE INTELECTUALMENTE HONESTA.
Artículo que publicó Denisse Dresser en el 2006 y que sigue con la misma vigencia desde entonces. La diferencia es que el país ya no es el mismo, nosotros ya no somos los mismos y la influencia de los medios sobre la opinión pública tampoco es la misma. Ojalá y lo lean.
Les dejo también a John Fogerty con el deja vu que, en su inmenso cinismo, nos pretender volver a crear.

"Miedo a México"
Por: Denise Dresser
24 de Abril 2006

"El odio a primera vista. El temor destilado. La mezcla de ambos
sentimientos en la campaña del PAN contra Andrés Manuel López Obrador. Día
tras día, spot tras spot, declaración tras declaración, los panistas
atizan dos sentimientos que van de la mano. Porque no hay odio sin miedo.
Porque el odio es el miedo cristalizado, objetivizado, su dividendo:
odiamos lo que tememos y el odio florece donde el miedo acecha. El PAN
promueve el miedo a un candidato y piensa que tiene derecho a hacerlo por
lo que dice y ha hecho. Pero eso es sólo parcialmente cierto. El miedo a
AMLO que los panistas siembran y ciertos sectores del país cosechan es -en
el fondo- miedo al País.
Miedo a ese país de pobres, de "nacos", de indígenas, de desarrapados.
Miedo a quienes viven parados en los camellones vendiendo chicles o
subsisten en el campo. Miedo a los mineros enojados y a los cañeros
sublevados. Miedo a los resentidos y a los marginados. Miedo a mirar la
realidad del subdesarrollo detrás de la retórica de la modernidad.
Ese miedo al México que hemos construido, disfrazado de rechazo a una
persona a la cual se erige como el anti Cristo. "Un peligro para México".
En todas las conversaciones, en todos los cocteles. Mensajes
reiterativos -repletos de descalificaciones- enviados a través del
internet sobre AMLO. Ignorante. Autoritario. Deshonesto. Cobarde.
Demagogo. Violento. Antiinstitucional. Mentiroso. Tiene personalidad
múltiple. A un compañero lo golpeó cuando le daba la espalda con una
pelota de beisbol (después murió). Junto con Hugo Chávez y Fidel Castro
creará una América comunista. Aborrece a la gente con dinero. Mató a su
hermano. En realidad usa relojes caros y trajes Hugo Boss. Es un naco.
Sólo gobernará para los pobres. Su única forma de expresarse es a través
de expresiones coloquiales. Una tras otra, preocupaciones legítimas
acompañadas de juicios que no lo son.
Una tras otra, percepciones fundadas acompañadas de prejuicios escondidos.
Porque como lo escribió Burke, ninguna pasión roba a la mente de sus
poderes de actuación y razonamiento como el miedo. Ese miedo que
desquicia, que enardece, que polariza. Ese miedo que el PAN detecta y
comercializa en las pantallas de televisión. Ese miedo que impide evaluar
a López Obrador con la cabeza fría y el corazón en calma. Que obstaculiza
la crítica necesaria basada en los hechos y no en las diatribas. Que
impide ver lo bueno y lo malo de su gestión en el DF. Lo positivo y lo
negativo de su proyecto alternativo de nación.
Esa labor de discernimiento que una ciudadanía consciente debería asumir
como obligación, frente a López Obrador y también frente a sus
contrincantes. Esa tarea de externar las preocupaciones legítimas en torno
a los derechos de propiedad, la irresponsabilidad fiscal, el alivio a la
pobreza acompañado de la creación de riqueza. Esa tarea que hoy quienes
odian con virulencia no pueden llevar a cabo. Están demasiado ocupados
odiando, vociferando, vituperando. Odiando, quizás, por un sentido de
culpa. Temiendo, quizás, porque viven con la conciencia intranquila.
Porque cuando se odia tanto a una persona se está odiando algo que es
demasiado profundo y poderoso para ser asumido de manera consciente.
Porque cuando se odia tanto a una persona, se está odiando también parte
de uno mismo, como escribió Herman Hesse en "Demian". Lo que no forma
parte de una persona no preocupa, pero López Obrador preocupa precisamente
por lo que revela de México y su población.
Por ese espejo que coloca ante los ojos del país y quienes han permitido
que sea como es hoy. Un lugar rico con muchos pobres. Un lugar con más
multimillonarios que Suiza, según la lista más reciente de la revista
Forbes. Donde gran parte de las fortunas han sido acumuladas en sectores
con poca o ninguna competencia y protegidos por el gobierno. Donde
funcionarios de Telmex están intentando bloquear la aprobación de la nueva
ley de competencia porque buscaría fomentarla. Donde según un estudio
reciente de la ONG Fundar, 7 de cada 10 mexicanos padecen un abuso de
autoridad cada vez que pisan un Ministerio Público.
Eso es lo que debería provocar miedo. Eso es lo que debería producir
temor. Eso es lo que los mexicanos deberían combatir y cuestionar y odiar
y recordarle a los candidatos presidenciales, todos los días a toda hora.
Y eso es lo que explica que Andrés Manuel López Obrador sea puntero con
posibilidades reales de ganar, aunque no tenga la mejor propuesta para
gobernar. Hay demasiados mexicanos para los cuales el país no funciona.
Hay demasiados mexicanos para quienes más de lo mismo significaría peor de
lo mismo. Hay demasiados mexicanos que buscan una transformación a fondo
del país que los ha excluido o maltratado o ignorado. Y también hay
demasiados mexicanos que no lo entienden, para los cuales el país marcha.
El país avanza. El país les permite vivir bien, aunque sea detrás de muros
cada vez más elevados. Aunque sea con miedo.
Por eso el mismo líder que es carismático para los desposeídos -cuya
salvación está en el cambio- es peligroso a los ojos de quienes no ven en
el cambio la respuesta, sino la ruina. La esperanza de unos es el miedo de
otros. Y el miedo es un garrote usado, a lo largo de la historia, por los
sacerdotes y los reyes y los presidentes y los candidatos para evitar que
la gente recobre bienes robados. Bienes públicos que han sido
privatizados, monopolizados, arrebatados. ¿Qué es y ha sido más peligroso
para México? ¿López Obrador o un sistema socioeconómico que concentra la
riqueza y no quiere distribuirla de manera más justa? ¿López Obrador o
élites políticas, sociales y empresariales satisfechas con las tajadas que
se sirven? El odio feroz a AMLO ata a sus críticos a un adversario falso.
El verdadero peligro para México no es un hombre, sino la resistencia de
tantos a compartir el país y gobernarlo mejor."

Bonito inicio de semana.
Paco Casillas.

0 comentarios: