· Abre la exposición “Realidades reconstruidas” en el MASIN
· Magna muestra retrospectiva de obra y objetos personales del pintor mazatleco
“Me emociona mucho esta exposición porque hay cuadros que hace mucho tiempo no veía y que fueron buscados, encontrados y prestados expresamente para esta muestra”, expresó el pintor mazatleco Antonio López Sáenz durante la apertura de la magna exposición retrospectiva “Realidades reconstruidas”, dentro de los festejos por el 20º aniversario de la fundación del Museo de Arte de Sinaloa y de El Colegio de Sinaloa.
Más de la mitad del MASIN se encuentra, desde la noche del viernes, dedicada a mostrar la obra de López Sáenz, en una exhibición que incluye una recreación de su estudio con objetos personales que adornan o llenan las paredes del cuarto, en Mazatlán, así como pinturas de diversos formatos, épocas, estilos y técnicas que van delineando los cambios en el pintor, pero en los que se aprecia siempre una temática constante: Su eterno amor a Mazatlán y a Sinaloa.
“Todavía sigo pintando, dijo el pintor en entrevista con los medios, sigo haciendo esculturas y dibujos, aunque estoy retirado de las exposiciones como acto social, pero en mi taller sigo trabajando y vendiendo, por si les interesa… Ahorita estoy pintando a un grupo de mujeres en una fiesta dándose un festín de camarones”, adelantó.
Manifestó que “todo mundo piensa que en su obra pinta a otro Sinaloa, pero en realidad es el mismo Sinaloa; es la imagen que yo tengo y recuerdo de Sinaloa… Mi anhelo es seguir trabajando, seguir viviendo bien mi vida, y en Mazatlán, que es un placer histórico, físico y estético, y con esta exposición, con el catálogo de ella, y con el libro que acabo de presentar en la ciudad de México, quiero celebrar con todo el pueblo de Sinaloa los 20 años de El Colegio de Sinaloa”.
La muestra de su obra “Realidades reconstruidas” fue inaugurada por la Lic. María Luisa Miranda Monrreal, directora general del Instituto Sinaloense de Cultura; por el Dr. José Ángel Pescador Osuna, presidente colegiado de El Colegio de Sinaloa, por Ricardo de Rueda, presidente de la Sociedad de Amigos del MASIN, y por Alberto González Torres, director del MASIN, así como Rocío Labastida, directora del Centro de Ciencias de Sinaloa, otra de las instituciones fundadas en la época en que Francisco Labastida fundó el Museo y El Colegio.
Desde antes de la apertura de la exposición, el maestro López Sáenz estuvo firmando autógrafos de los catálogos para esta serie, y continuó firmándolos después del recorrido, mientras degustaba un vino blanco y saludaba efusivamente a don Miguel Tamayo, a quien llamó su “descubridor”: “Él montó mi primera exposición, en la Universidad Autónoma de Sinaloa, que entonces era todavía Colegio Civil Rosales”, decía dándole amistosas palmadas.
La exposición, dividida en tres partes, consta de su primera época, de cuando sus monos eran más corpulentos y de cabezas diminutas y aún con rasgos faciales; muchas de ellas son de formato pequeño o mediano, como “Una tarde de domingo”, “Elisa niña en la playa” (recreando una foto de la cantante Elisa Pérez Meza), “Embarcadero de la isla”, “Playa norte” y muchas otras, con el sello inconfundible de este autor.
Y en la planta baja, donde estuvo la Sala de Joyas, están las piezas de gran formato, óleos con una de sus piezas maestras, que es “La llegada de Ángela Peralta”, donde recrea plásticamente la llegada a Mazatlán de la diva del bel canto el 22 de agosto de 1883); “Incendio en el Campeche”, “El músico de la huerta de mangos”, “La gran inundación de Guasave en 1955”, y “Sor Juana y el Ferrocarril Pacífico”, todas de los noventa.
Hay cerámicas, dibujos, acuarelas, óleos y objetos personales como el viejo abanico eléctrico que aparece en muchos de sus cuadros y que aún funciona, así como reproducciones fotográficas en tamaño natural de su biblioteca y de partes de su estudio, y otros objetos y pinturas personales de otros artistas, fotos familiares y hasta viejos juguetes.
La Lic. Miranda Monrreal externó su beneplácito por departir, junto con los admiradores del pintor, en torno a esta obra, y resaltó al ser humano, al amigo de notable sencillez y calidad humana, que es Antonio López Sáenz. Por su parte, Pescador Osuna expresó que hay la intención de poner a circular esta exposición en otras ciudades del Estado, del país y tal vez del extranjero.
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