ARPONEANDO
Por Carlos Ramón Cital
Cronista
CEREMONIA SAGRADA YOREME, EN EL CERRO DE LA MÁSCARA, EL FUERTE, CON MOTIVO DEL INICIO DE LA PRIMAVERA.
LOS DIAS 19, 20 Y 21, LOS YOREMES CELEBRAN LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA, CON SINGULAR RITUAL AUTÓCTONO EN SUS CENTROS SAGRADOS COMO ES EL CERRO DE LA MÁSCARA.
Este día 20 de marzo un grupo de amantes de la cultura yoreme acompañó al Maestro Joaquín Valenzuela Bacasegua (fiestero) de La Constancia, y a Don Rosario Ruiz (músico)y a dos de sus nietos de Capomos; para llevar a cabo la singular ceremonia sagrada yoreme, con motivo de la llegada de la primavera.
El Maestro Joaquín Valenzuela Bacasegua, dio una muy importante explicación, del significado que para los yoremes tienen este tipo de rituales; comentando que venimos a agradecerle a la Diosa naturaleza, por una primavera más.
Los yoremes – dijo- tenemos tres días de energetización muy especial que son 19, 20 y 21 de marzo; las personas que hoy nos acompañan, son un grupo elegido para recibir y estar en contacto con la naturaleza en la llegada de la primavera.
En este lugar ya tenemos nueve años haciendo este ritual y dos compartiéndolo con los yoris.
Para el yoreme –dice-, nuestros lugares sagrados son: las serranías, las lomas, el monte, el río y el mar; en estos lugares encontramos la mejor espiritualidad, como es: 1- La alegría de vivir, 2- La alegría de energetizarnos y 3- La alegría de continuar en la vida.
Ésta loma ó cerro de La Máscara, es uno de los siete lugares sagrados de los yoremes.
En este momento, el sol está más cerca de nuestro corazón.
Yoreme, explica Joaquín significa, que proviene o nacido del monte (cerca o junto al río Zuaque ó Fuerte); y mayo: Que vive en la ribera del río mayo (los de Navojoa).
La ceremonia sagrada de los yoremes en el cerro de La Máscara, fue una extraordinaria experiencia desde el momento en que llegamos al paseo la “Galera”, a las orillas del pueblo mágico de El Fuerte; de ahí cruzamos el puente colgante peatonal y un segundo puente, para tomar por toda la ladera del Cerro de La Máscara, por un hermoso camino a la ribera del río Fuerte, luego suavemente subimos por un camino entre el aromático monte, acompañado por el canto de las aves; una vez en la cima del cerro, nos encontramos con una serie de rocas muy singulares, las cuales contienen varios jeroglíficos, como clara huella del paso de las culturas Aztecas y Toltecas, en su peregrinar por estos atajos rumbo al centro del país, hasta llegar al lago de Texcoco, donde fundaron la Gran Tenochtitlan.
Ahí en ese mágico y sagrado lugar tuvo lugar el ritual yoreme, para agradecer a la Diosa Naturaleza, la llegada de una primavera más; muy emotiva fue la música yoreme y la danza del venado, mientras todos con la mano más fuerte elevada recibiendo la energía del sol y con la otra mano sosteniendo un recipiente de barro conteniendo agua, la cual al final se bebió, conteniendo la energía del cosmos; posteriormente se descendió y se llegó a un recodo del río Zuaque o Fuerte y ahí se realizó la segunda ceremonia sagrada, repitiendo la acción anterior; al mismo tiempo que la música del venado y el danzante de este sagrado animal, interpretaba la singular y mundialmente conocida “Danza del Venado”; al término los asistentes tuvieron oportunidad de intercambiar saludos e introducir los pies a la fresca agua; finalmente regresamos por el precioso sendero hasta llegar al lugar de partida.
Por Carlos Ramón Cital
Cronista
LOS DIAS 19, 20 Y 21, LOS YOREMES CELEBRAN LA LLEGADA DE LA PRIMAVERA, CON SINGULAR RITUAL AUTÓCTONO EN SUS CENTROS SAGRADOS COMO ES EL CERRO DE LA MÁSCARA.
Este día 20 de marzo un grupo de amantes de la cultura yoreme acompañó al Maestro Joaquín Valenzuela Bacasegua (fiestero) de La Constancia, y a Don Rosario Ruiz (músico)y a dos de sus nietos de Capomos; para llevar a cabo la singular ceremonia sagrada yoreme, con motivo de la llegada de la primavera.
El Maestro Joaquín Valenzuela Bacasegua, dio una muy importante explicación, del significado que para los yoremes tienen este tipo de rituales; comentando que venimos a agradecerle a la Diosa naturaleza, por una primavera más.
Los yoremes – dijo- tenemos tres días de energetización muy especial que son 19, 20 y 21 de marzo; las personas que hoy nos acompañan, son un grupo elegido para recibir y estar en contacto con la naturaleza en la llegada de la primavera.
En este lugar ya tenemos nueve años haciendo este ritual y dos compartiéndolo con los yoris.
Para el yoreme –dice-, nuestros lugares sagrados son: las serranías, las lomas, el monte, el río y el mar; en estos lugares encontramos la mejor espiritualidad, como es: 1- La alegría de vivir, 2- La alegría de energetizarnos y 3- La alegría de continuar en la vida.
Ésta loma ó cerro de La Máscara, es uno de los siete lugares sagrados de los yoremes.
En este momento, el sol está más cerca de nuestro corazón.
Yoreme, explica Joaquín significa, que proviene o nacido del monte (cerca o junto al río Zuaque ó Fuerte); y mayo: Que vive en la ribera del río mayo (los de Navojoa).
La ceremonia sagrada de los yoremes en el cerro de La Máscara, fue una extraordinaria experiencia desde el momento en que llegamos al paseo la “Galera”, a las orillas del pueblo mágico de El Fuerte; de ahí cruzamos el puente colgante peatonal y un segundo puente, para tomar por toda la ladera del Cerro de La Máscara, por un hermoso camino a la ribera del río Fuerte, luego suavemente subimos por un camino entre el aromático monte, acompañado por el canto de las aves; una vez en la cima del cerro, nos encontramos con una serie de rocas muy singulares, las cuales contienen varios jeroglíficos, como clara huella del paso de las culturas Aztecas y Toltecas, en su peregrinar por estos atajos rumbo al centro del país, hasta llegar al lago de Texcoco, donde fundaron la Gran Tenochtitlan.
Ahí en ese mágico y sagrado lugar tuvo lugar el ritual yoreme, para agradecer a la Diosa Naturaleza, la llegada de una primavera más; muy emotiva fue la música yoreme y la danza del venado, mientras todos con la mano más fuerte elevada recibiendo la energía del sol y con la otra mano sosteniendo un recipiente de barro conteniendo agua, la cual al final se bebió, conteniendo la energía del cosmos; posteriormente se descendió y se llegó a un recodo del río Zuaque o Fuerte y ahí se realizó la segunda ceremonia sagrada, repitiendo la acción anterior; al mismo tiempo que la música del venado y el danzante de este sagrado animal, interpretaba la singular y mundialmente conocida “Danza del Venado”; al término los asistentes tuvieron oportunidad de intercambiar saludos e introducir los pies a la fresca agua; finalmente regresamos por el precioso sendero hasta llegar al lugar de partida.
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