*Además el guitarrista Pablo Garibay
ofrece una magistral interpretación de El Concierto de Aranjuez
El
público se vio hechizado con el encanto de la suite El amor brujo, de Manuel de Falla, con la mezzosoprano Oralia
Castro, y bailarines en escena y la nostálgica evocación del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo,
en la guitarra de Pablo Garibay, en el tercer concierto de la Temporada
Primavera 2017 Fantástica, de la
Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes organizada por el Instituto Sinaloense
de Cultura.
Fue una
noche dedicada a lo mejor de la música española del siglo pasado, la cual abrió
con la Obertura de la suite Los esclavos felices, de J. C. de
Arriaga a cargo de la OSSLA, para luego dar paso al Concierto de Aranjuez con la presencia como solista del guitarrista
clásico mexicano Pablo Garibay, quien dio una muestra más de su depurada
técnica, al interpretar los tres movimientos de que consta esta famosa pieza,
que ya ha sido interpretada otras veces por la Orquesta.
Obviamente,
el aplauso del público no se hizo esperar al cesar los últimos acordes,
previamente al intermedio.
Luego, la
expectación general ante la interpretación musical y en escena de la suite El
amor brujo, de Manuel de Falla, que por primera vez se toca y se pone en
escena con la Orquesta.
En ella
participan Oralia Castro, así como un cuerpo de bailarines presidido por Alejandra
Fernández Zazueta, Carlos Zamora y las alumnas de la Academia Corazón Flamenco,
bajo la dirección artística de Gordon Campbell.
La pieza
de 1915 y, en voz de Aldo Rodríguez, durante la Charla introductoria Hablemos de música previa al concierto, cuenta
la historia de una muchacha gitana, cuyo amor se ve atormentado por su
descreído antiguo amante. La obra es de carácter marcadamente andaluz, tanto en
lo musical como en lo literario. La obra incluye las famosas Danza ritual del fuego, la Canción del fuego fatuo y Danza del terror. Cuenta la historia de Candela, una muchacha gitana, cuyo amor
por Carmelo se ve atormentado por el espectro de su antiguo amante.
La
coreografía contiene momentos de gran belleza, como Canción del amor dolido, Romance
del pescador o Canción del fuego
fatuo.
Una
historia de amor y pasión, de lágrimas y desconsuelo, de brujería y seducción,
de muerte y de danza donde el espectro del amante muerto de Candela (Oralia Castro), se le aparece
celoso ante sus amores con Carmelo. Gitana vieja, Gitanilla, otra Gitanilla y
Gitano
El amor
brujo consta de dos partes: La primera, con las escenas Introducción y escena,
Canción del amor dolido, Sortilegio, Danza del fin del día (la futura Danza del
fuego), Escena (El amor vulgar), Romance del pescador e Intermedio (la futura pantomima).
La
segunda parte, con Introducción (El fuego fatuo), Escena (El terror); Danza del
fuego fatuo; Alucinaciones; Canción del fuego fatuo; Conjuro para reconquistar
el amor perdido; Escena (El amor popular), Danza y canción de la bruja fingida y
el Final (Las campanas del amanecer).
Previamente
al concierto, Aldo Rodríguez ofreció en el vestíbulo del Teatro Pablo de
Villavicencio, una charla introductoria, en la que dio algunos datos sobre el
origen de las piezas interpretadas esta noche y datos biográficos de sus
autores.
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