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viernes, 24 de noviembre de 2017

El Tsunami de 1832

Antonio Lerma Garay


En 1964, cuando el maremoto originado por un terremoto en Alaska, supuestamente arrasaría Mazatlán, la gigantesca ola que aterrorizados esperábamos era llamada por mucha gente «Ola Azul» u «Ola Marina»; la palabra «tsunami» aún no irrumpía en el léxico mazatleco. Por todos es sabido que dicha «Ola Marina» nunca llegó, pero siendo la nuestra una ciudad con  puerto sí ha padecido  los caprichos de Poseidón. Fue en 1832 cuando aquel pequeño pueblo quedó bajo las aguas debido a una ola gigante que entró por Olas Altas y fue a introducirse a la Bahía del Fondeadero.

La muy breve descripción de este evento quedó  asentada en una acta del ayuntamiento de Mazatlán, del día primero de agosto de 1885. El marco en que se da es que la Capitanía de Puerto se quejaba de que varias personas, entre ellas el señor Adolfo O’Really, invadía la zona marítima federal. He aquí la transcripción:
«En el catálogo de esas leyes, más o menos reformadas, vinieron a coleccionarse las que cita en su apoyo la Capitanía del Puerto, leyes que si desgraciadamente estuvieran vigentes, Mazatlán sería reducido a una cuantas fincas en razón de estar el centro del puerto casi en contacto con las olas de las aguas que rompen en la Playa del Sur y  por el poniente con las aguas que rompen sus olas en el destruido Malecón de las “Olas Altas”, y que ateniéndose a hechos tradicionales, en 1832, por la parte del poniente se levantó una ola que cruzó por el centro del puerto de la ciudad, hasta unirse con las aguas del Astillero que entonces se extendían por la parte sur hasta la calle de “Venus”. En este caso y conforme a las leyes que cita el señor Capitán del Puerto, Mazatlán sería considerado como Zona Marítima, supuestos que no tenía los 20 metros de pleamar para adjudicar un terreno que no fuera  de la federación; pero los tiempos del retroceso pasaron abriendo paso al progreso y con la antorcha de la ilustración, esas leyes dejaron de existir.»



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