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jueves, 25 de mayo de 2017

Winston Churchil y Supertramp

Antonio Lerma Garay

En 1977 el grupo británico de rock Supertramp lanzó su disco «Even in the Quietest Moments, Aun en los momentos más tranquilos.»  Las siete canciones contendidas en el disco fueron escritas por los entonces líderes de la banda, Rick Davies y Roger Hodgson. La portada, en la que predominan el azul y el blanco, se ve un piano y su banquillo, cubiertos de nieve,  sobre aquél la partitura de la última y más larga de las canciones del disco: «Fool’s OvertureObertura del tonto» de casi once minutos. Esta pieza comienza suavemente con un piano que luego de segundos es acompañado por una flauta, seguidos por unas campanadas y trompetas...

Pero, hablando de ingleses, dicen que el discurso más famoso de la Historia fue el que dio Winston Churchil cuando los nazis comenzaban a invadir parte de Europa, y amenazaban a la propia Gran Bretaña. El 10 de mayo de 1940 Churchil había tomado el cargo de primer ministro, y coincidentemente el ejército de Adolph Hitler había comenzado su ofensiva a Holanda, Bélgica y Luxemburgo. El estadista inglés sabía bien que la Gran Bretaña era uno de los objetivos de los alemanes, y el 4 de junio de 1940, pronunció este discurso que ha recibido el nombre de «We shall fight in the beaches, Pelearemos en las playas». La parte final del discurso es más que emotiva, le advierte al régimen alemán que los ingleses se defenderían y que lucharían hasta el final.  

Transcurre suave, tranquilamente la Obertura del tonto y justo cuando llega a 2:26 (dos minutos veintiséis segundos) Davies y Hodgson reproducen parte esencial del final de  «We shall fight in the beaches»:

We shall go on to the end... we shall fight on the seas and oceans… we shall defend our island, whatever the cost may be...  we shall never surrender  (Iremos hasta el fin… pelearemos en los mares y océanos… defenderemos nuestra isla, a cualquier costo… jamás nos rendiremos)

Las campanadas que preceden a este extracto, que parecen llamar al servicio religioso, no son coincidencia, son incidentales. Al final de éste una campanada más, exaltada, seguida por la nota del piano igual de sonora.

…We shall never surrender

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