Por Gilberto Vega Zayas
Como es más que evidente, desde que Felipe Calderón tomó posesión como presidente de la república inició una lucha encarnizada en contra del narcotráfico en todo el país, en la que a pesar de las cientos de muertes que se han presentado no doblegarán, lo ha repetido en varias ocasiones el mismo Calderón, la decisión del gobierno por combatir este flagelo.
De forma paralela el presidente propone y se aprueba una ley de combate al narcomenudeo que tenía varios años discutiéndose en los medios entre escritores, columnistas, intelectuales, políticos, médicos y especialistas sobre los efectos nocivos o del uso medicinal de algunas drogas y la conveniencia o no de despenalizarlas para consumo personal en pequeñas dosis.
La balanza se inclinó por la despenalización de algunas drogas como la marihuana, cocaína, entre otras.
Evidentemente esto implica un grave problema de salud y de seguridad pública, ya que México pasó hace algunos años, de ser un canal de distribución a un país de consumo.
En el norte de Sinaloa tenemos un ejemplo claro y caso concreto de la relación que existe entre la permisividad del consumo o la oferta de droga que se ha presentado con más fuerza y los problemas de seguridad pública que esto genera.
Por acá existe una comunidad llamada Valle del Carrizo, situada a escasos kilómetros del punto de revisión Precos, en los límites con el estado de Sonora, que por la dificultad ahora para el paso de la droga por carretera hacia los Estados Unidos, el enervante se está quedando en esta zona afectando a los poblados circunvecinos incluso a ciudades cercanas como Los Mochis, Navojoa, y el mismo Valle del Carrizo, donde ha aumentado la delincuencia y hasta el asesinato de una menor de manos de un drogadicto.
Más allá de lo que establece esta llamada ley de portabilidad de algunas drogas para el consumo personal, es evidente que la violencia y el crimen habrán de violentar aún más el orden social así como está demostrado que el consumo de alcohol es una de las principales causas de muerte en el país y en muchos otros lugares.
Por otro lado, Michoacán ha sido en los últimos días el campo de batalla en esta guerra que parece nunca acabará mientras el país es envuelto en una nube de pólvora emanada de los AK 47, cuernos de chivo y mata policías del narco y el armamento utilizado por los federales y el ejército mexicano.
Cito: “Qué sentido tiene invertir cientos de millones de dólares en la lucha contra las drogas, hundiendo a los países en la guerra civil, fortaleciendo a la guerrilla y desatando la violencia y la corrupción en sociedades enteras, si los líderes de EE UU pueden desprenderse tan a la ligera de cualquier cuestionamiento sobre uso de drogas entre sus juventudes? Escribiría el 6 de septiembre de 1996 Jorge Castañeda en su columna del Newsweek.
Recientemente Diputados del PRI, PRD y PAN coincidieron en que para debilitar el narcotráfico es fundamental atacar la estructura financiera de las organizaciones criminales, por lo que se pronunciaron a favor de crear la Ley para Prevenir el Lavado de Dinero y el Financiamiento al Terrorismo, ya que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) en México se lavan hasta 25 mil millones de dólares al año. Pero, aquí hay un pero, ¿no tienen los grandes bancos internacionales con enormes capitales en sus arcas grandísimas sumas de dinero producto del mismo lavado, registros?
¿Que hay detrás de la iniciativa Mérida? ¿Qué tipo de país están conformando nuestros actuales políticos? El voto blanco o nulo ha pasado a ser la cuarta fuerza electoral en el país. Es claro que a la ciudadanía no le agrada nada en lo que están convirtiendo a la nación.
El dinero mueve al mundo. Ahora estamos pasando por una crisis de proporciones mundiales y cuando se requiere reactivar economías, es ya común la provocación de guerras, en las que después de los muertos y la destrucción, viene el restablecimiento de la economía, con préstamos de los bancos internacionales o de los países más poderosos económicamente.
Después de las guerras, el tráfico de drogas, dicen algunos enterados, es un recurso eficiente para reactivar economías, entonces, las preguntas son: ¿Es el narcotráfico un mal necesario? ¿Se está combatiendo realmente al mercado total de la droga con todas sus ramificaciones de producción, distribución y recursos financieros o solamente a una parte de él?
¿Usted qué piensa?
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