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martes, 25 de agosto de 2009

Discurso de Toma de Protesta

Buenos días tengan todos ustedes.

Es muy grato para nosotros contar con la presencia de tan distinguidas personalidades del arte, la educación y la cultura de nuestro municipio.
Hace poco más de 4 años un grupo de amigos y colaboradores de la revista cultural
Amanecer decidimos fundar el grupo cultural Amanecer Ateneo de Los Mochis, con el fin de unificar esfuerzos para llevar las propuestas artísticas, y difundir de manera coordinada lo que cada uno de nosotros hacíamos de manera individual.

Hoy, a 12 años de distancia, el balance ha sido del todo positivo por el talento innegable de nuestros compañeros, amigos y miembros de este grupo.

Para beneplácito nuestro hemos sido invitados a llevar nuestros programas a otros municipios del norte de Sinaloa como El Fuerte y Salvador Alvarado.

De igual forma, nuestros eventos han sido presentados en todos los espacios culturales de la ciudad y pretendemos también, seguir difundiendo con mayor tesón, el arte y la cultura en nuestra región.

Como ustedes saben, arte y cultura representan el alma, el espíritu de los pueblos.
Un pueblo que no promueve a sus artistas, su arte y su cultura, está condenado a ser un cuerpo sin alma. Un pueblo débil que camina sin fortaleza para enfrentar el incierto futuro.
La cultura no es patrimonio de individuos aislados, sino fruto del esfuerzo creativo y colectivo de una comunidad, pueblo o nación.

Aun la cultura personal es consecuencia del esfuerzo de muchos.
Y como toda sociedad posee cultura, sus bienes materiales, ideológicos, simbólicos, que son soporte del desarrollo de una comunidad, en una ciudad como la nuestra, que se precia de sus bien trazadas calles, de sus enormes palmas, de sus vistosos parques, el desarrollo cultural no ha caminado a la par que el desarrollo económico.
Porque desarrollo no implica solamente más asfalto, más tiendas comerciales, más casinos.

Desarrollo son los niveles que va alcanzando una sociedad y sus ciudadanos para mejorar sus condiciones de vida en los cuales las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la utilización racional, de los recursos y los sistemas naturales y programados para una mejor calidad de vida.
Y no habrá mejor calidad de vida para un pueblo si la cultura se queda a la zaga.

Recientemente y ante la presencia de la presidenta de Conaculta, Consuelo Sáizar, el gobernador del estado Jesús Aguilar Padilla inauguró el Centro Sinaloa de las Artes, rescatando un edificio histórico de los culiacanenses como lo es el antiguo Mesón de San Carlos, con la coordinación del Instituto Sinaloense de Cultura, artistas, promotores culturales, ayuntamiento de Culiacán y con el apoyo de la iniciativa privada. Y nosotros en esta ciudad seguimos permitiendo que nuestros íconos históricos y culturales se sigan destruyendo.

Qué bueno que se ha rescatado aquí el antiguo Centro Social, que podemos contar con este espacios como lo es la Casa del Centenario, pero la ciudad crece a pasos agigantados y los espacios para el cultivo del espíritu van quedando también desfasados.

Entendemos que estamos inmersos en un momento crítico, no sólo en nuestro país sino también en el mundo.
La crisis y las transformaciones generacionales originan cambios; cambios de valores, de conductas, de actitudes. Lo vemos a diario en los periódicos, y ya nada nos conmueve.
Sufrimos pues una especie de anestesia contra el dolor, un letargo de insensibilidad.

No es la panacea la cultura para la violencia, pero entre más cultura se promueva en las colonias, en los centros marginados de población, estaremos restándole, ganándole terreno a la violencia y al crimen.

Por ello es determinante que en nuestra ciudad, nuestro municipio, se promueva con mayor trascendencia la cultura.

Desarrollo económico y cultura es una simbiosis que en las grandes civilizaciones han ido de la mano. Y solamente preguntémonos: ¿Cuál es la ciudad que estamos heredando a juventud y a las generaciones que vienen? Cuando se acaba de aprobar una ley de despenalización de las drogas, la apertura de casinos, de más centros nocturnos y nuestra ciudad cada día se convierte en un lugar más del estado en donde la violencia sienta sus reales.

Ahí les dejo esta reflexión… muchas gracias.

Agustín Bandrich Berrelleza. 2009

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