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sábado, 17 de febrero de 2018

Un peligro para México

 EDITORIAL



Demos un breve paseo por la metafísica del proceso electoral. Vivimos momentos electorales inéditos en el país. La campaña de miedo que el ahora conocido publicista español  Antonio José Solá creó con su frase “López Obrador es un peligro para México” tuvo en su momento el efecto buscado entre la población votante. Hoy no les han funcionado ni esa frase que pretendieron revivir, ni otros intentos de denostación a los asesores publicitarios, dirigentes y portavoces de los partidos contrarios al de Andrés Manuel López Obrador; la oportunidad que ofrecen las plataformas de internet son hoy en día una real alternativa de expresión para los que no tenían voz.      
     
La fuerza de las palabras crea, el verbo crea, sin embargo, estos también destruyen.

Obrador ha sido arropado de tal manera por sus millones de seguidores que todo intento de atacarlo es prácticamente subyugado por sus simpatizantes en las redes sociales. Aquí la fuerza de la palabra, de miles, de millones de palabras y millones de simpatizantes  ofrece una resistencia tal que se impone naturalmente sobre las otras; sin ningún afán de infamar, una reciente investigación de Reforma señala que 43 por ciento de los simpatizantes de Andrés Manuel y Morena tiene un nivel educativo universitario o mayor, mientras los seguidores del PAN y del PRI alcanzan esos niveles solamente con un 17 y 10 por ciento respectivamente. Es decir personas entre la población con un nivel educativo bajo siguen al PRI, y en segundo lugar está el PAN.

No obstante los seguidores de Amlo y Morena son señalados como los más intolerantes y los más groseros y procaces en su vocabulario pero igual, hemos visto infinidad de internautas simpatizantes del partido marrón recatados en sus comentarios, es decir, tienen cubiertos los extremos y el centro.

Sin embargo hay, quienes preocupados y conociendo dicen, de lo que pueden ser capaces los beneficiarios del régimen de corrupción que impera en el país,  piensan que el precandidato a la presidencia de la república por Morena debiera ser protegido con un especializado cuerpo de vigilantes por lo que representa para millones de mexicanos hartos de la enorme impunidad, actos de latrocinio, rapiña, fraude y despojo de las riquezas nacionales, y por conciencia de la necesidad urgente de un cambio verdadero en el país.

Y son muchas y cada vez más las personas que manifiestan su preocupación sobre todo en las redes sociales, por lo que pueda pasarle a López Obrador, pues ven en el tabasqueño la última esperanza de que las cosas se empiecen a recomponer en México.

Abrir puertas o canales al pensamiento de tragedia en el imaginario colectivo es inevitable por las condiciones actuales de violencia. Desestimar los riesgos de un atentado criminal es una irresponsabilidad de parte del equipo de López Obrador. Para nadie es un secreto que de llegar a la presidencia tendrá que afectar intereses nacionales e internacionales de grupos de poder económico que no ven en su investidura, llegado al poder, un aliado “porque habrá nuevas reglas” como él mismo lo ha señalado, sino todo lo contrario.


Así, la fuerza de esta preocupación crece conforme avanzan los días y no se vería mal que el equipo de asesores de Amlo considerara integrar un grupo humano de seguridad discreto, si no pretenden las demostraciones de otros importantes políticos; al menos eso debieran contemplar, pues no es sólo López Obrador quien está en riesgo, también los anhelos y esperanza de millones de mexicanos que están con él directa o indirectamente, pensemos en los jóvenes que aún no tienen edad de votar, en los niños, en los mexicanos que vienen; así las cosas, la esperanza de varias generaciones de un México mejor está en peligro.

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