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viernes, 5 de enero de 2018

La vergonzosa Deuda que México Nunca Pagó

La deuda a Agustín de Iturbide



Antonio Lerma Garay


“La época en la que he vivido ha sido crítica, igualmente crítico es el momento en que estoy por hacer público este bosquejo de mi carrera política. El público no está informado de mi nombre ni de mis acciones, pero han sabido de ambos a través de un medio grandemente descolorido por los intereses de personas que los han transmitido a países distantes. Hay una gran Nación particularmente, en la cual varios individuos han desaprobado mi conducta y han malinterpretado mi carácter. Es mi deber, por tanto, relatar mi propia historia. Contaré, con la franqueza de un soldado, lo que he sido y lo que soy. Para que, así, mis acciones y sus motivos puedan ser juzgadas con justicia por personas imparciales de la era presente, y aún más por la posteridad. No conozco otra pasión o interés excepto la de transmitir a mis hijos un nombre que no les represente vergüenza.” Iturbide, Agustín de. Exposición de Algunos de los Principales Acontecimientos en la Vida Pública de Agustín de Iturbide.

Corría el año mil ochocientos cincuenta y dos cuando Salvador de Iturbide y Huarte, hijo del emperador Agustín Primero, se presentó en la US Land Comission for California a reclamar una extensión de tierra que le había sido otorgada a su familia desde el año de 1822 directamente a su padre. Tanto éste, como sus descendientes nunca habían reclamado la entrega de este bien. En la oficina gubernamental estadounidense le hicieron ver que su solicitud estaba completamente fuera de lugar y de tiempo, esos riquísimos territorios ya no pertenecían a México, sino a Estados Unidos, y la solicitud que los descendientes del emperador hacían al gobierno estadounidense debían hacerla al gobierno de su país, México.

Cuando Miguel Hidalgo y Costilla dio el grito de independencia en 1810, el joven Agustín de Iturbide servía como teniente, sin paga, en el ejército realista en su natal Valladolid. El cura envió un emisario a parlamentar con Iturbide, le ofreció el grado de general si se unía a la causa independentista. Él lo rechazó al considerar que los planes del cura eran inviables y que sólo traerían desorden, devastación y masacres. Y así fue. Las huestes de Hidalgo cometían tropelías contra los criollos indefensos, en vez de atacar al ejército español. Iturbide permaneció fiel a la corona española y libró un número indeterminado de batallas contra los insurgentes. El año 1812 en España las Cortes de Cádiz, habían limitado el poder antes absoluto del Rey, lo cual había afectado la guerra separatista en la Nueva España. Sin embargo, en 1820 la constitución española fue restablecida, otorgando de nuevo al rey los poderes que había perdido. Esto hizo ver a los habitantes de la Nueva España, incluidos Iturbide y muchos de los criollos, que la mejor vía era la independencia de España.

Iturbide abandonó la causa realista y se unió a los insurgentes cuando vio que ya nada detendría la independencia. Fue un paso difícil debido a que los insurgentes no creían que cambiara de bandera. Pero alguien tenía que encabezar aquellas facciones que amenazaban no sólo la independencia tan anhelada, sino que llevarían a una cruenta y ensangrentada guerra civil. Era la iglesia, los criollos, los terratenientes, los nativos de estas tierras, todos ellos querían la independencia pero necesitaban alguien que los guiara. Por eso Iturbide no sólo se les unió, fue él quien formula el Plan de Iguala que era la formal declaración de independencia. Después invitó a Vicente Guerrero a unírsele. Habiendo sido enemigos antes, ahora la misma causa los unía; así lo entendió él, así lo comprendió Guerrero. Éste era un líder militar nato que necesitaba de un guía, de un estratega; ese era Iturbide. Por eso en Acatempan sellaron ese pacto. Esto evitó el derramamiento de mucha sangre, la muerte de miles y miles de personas y el colapso de la endeble economía. Por eso, cuando Juan O’Donojú, el enviado del rey, llegó a la Nueva España sólo le restó reconocer que ya estaba en una nación independiente. Iturbide, como comandante en jefe del Ejército Trigarante y O’Donojú, el 24 de agosto de 1821, firmaron los Tratados de Córdova, que son en realidad el Acta de Nacimiento de la Nación Mexicana.

En un principio el gobierno recayó en una “Junta Provisional Gubernativa” presidida precisamente por Iturbide. Pero, cómo se gobernaría a partir de entonces a la recién creada nación. La regla general hasta entonces eran las monarquías, la excepción eran las recién aparecidas democracias. Desde el Plan de Iguala Iturbide había propuesto que México se rigiera por una monarquía constitucional (art. 4 del Plan de Iguala) quedando a la cabeza de ésta el propio Rey de España Fernando VII, si éste declinara se invitaría a sus hijos, los infantes Carlos y Francisco de Paula (art. 8 del Plan de Iguala) y si ninguno de éstos aceptasen “la nación está en libertad de invitar al trono imperial a cualquier miembro de las familias reinantes que escoja” (art. 9 del Plan de Iguala) Fue por ello, que cuando ninguno miembro de la corona española aceptó la invitación el nombramiento recayó en el propio Agustín de Iturbide, cuya fastuosa coronación se dio el día 21 de julio de 1822.

Pero el Imperio de Agustín I sólo duró unos cuantos meses, tras declararse el Plan de la Casamata, liderado por Antonio López de Santa Anna, apoyado por Vicente Guerrero, y ante el Congreso, que también le era hostil, Iturbide abdicó el día 19 de marzo de 1823. Es decir, su imperio sólo duró siete meses y veintinueve días. Iturbide y su familia fueron desterrados, fueron enviados a vivir a Livorno, Italia. Ahí el rey de España ejerció presión sobre los italianos, y fue expulsado de la bota. Iturbide se aposentó entonces en Inglaterra.

Iturbide no se enteró que el Congreso mexicano había decretado que él era traidor a la patria y que si volvía a éste debía ser pasado por las armas, por lo que regresó a México en un buque que ancló en Soto La Marina el 14 de julio de 1824. Pronto fue reconocido y fusilado.

Pero...¿Cuánto cuesta un país, una nueva nación? O, mejor dicho ¿cuánto debería pagarse a quien ha sido el responsable de formalizar esa nueva nación? Cuando la Junta Provisional Gubernativa se encontraba en funciones, decretó lo siguiente:

1.- Otorgar a Agustín de Iturbide un millón de pesos por sus servicios prestados a la independencia de México.

2.- Una superficie de veinte leguas cuadradas (aproximadamente 349.4 km2 de hoy día

3.- Un ingreso anual de un millón y medio de pesos.

Después, cuando se decreto su expatriación, el 7 de abril de 1823, se le concedió

1.- Una pensión anual de 25 000 pesos para sus gastos, con la condición de que estableciera su residencia en algún lugar de Italia.

2.- Tras la muerte de Iturbide, su familia recibiría 8 000 pesos anuales

Sólo unos cuantos pesos le fueron abonados de aquel ingreso anual de un millón y medio de pesos, mientras fue emperador. Las otras deudas México jamás las pagó ni a él ni a sus descendientes. Así es como nació México.

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